lunes, 1 de septiembre de 2003

LAS MONEDAS CON LEYENDA “TERGAKOM”


Es casi segura la identificación de la actual localidad zaragozana de Tierga con el poblado celtibérico que acuñó monedas con la leyenda “Tergakom”. Esta palabra utiliza la desinencia de genitivo plural céltica “kom”, pudiendo traducirse por tanto como “De los de Terga”. Todavía algunos documentos del siglo XII aluden a Tierga con el nombre de Terga, lo que refuerza la hipótesis de que estamos ante el centro emisor mencionado, justificando así la denominación patrimonial de “Espacio Tergakom” adjudicada a este municipio. El nombre de Tierga ha sido relacionado con una raíz céltica alusiva a “mercado” (Asensio, 1996, 57) . Este hecho, junto con su riqueza minera y la utilización del etnónimo en sus monedas parece revelar la existencia tanto de una conciencia socioeconómica comunitaria como de un cierto desarrollo comercial. Del control administrativo ejercido sobre su entorno tal vez sea herencia la importante extensión actual de su término (66 km2), mayor que el de muchas de las localidades próximas.

Las escasas monedas conocidas con leyenda “Tergakom” permiten distinguir dos series (Domínguez, 1979, 171). En una de ellas la cabeza imberbe de los anversos se ve rodeada por tres delfines, uno situado detrás y los otros dos delante, mientras que en la otra serie sólo aparecen dos delfines, ambos colocados con la cabeza hacia la parte superior. Los reversos de ambas series son comunes, y consisten en un jinete que porta lanza larga. El caballo mantiene recogidas sus patas traseras y levantadas las delanteras. Se apoya sobre una línea, bajo la cual va la leyenda, escrita en alfabeto ibérico. Curiosamente el cuarto signo, correspondiente al sonido “ko”, aparece escrito siempre sin el trazo superior. El paso del grupo de los tres al de los dos delfines se documenta también en otras cecas con acuñaciones de rasgos estilísticos semejantes, como es el caso de Orosis (¿Caminreal?). Todas las monedas conocidas con leyenda “Tergakom” son ases de bronce, de modo que es casi seguro que la ceca en cuestión no acuñara ni divisores de bronce ni múltiplos de plata. El peso de estos ases oscila entre los 8’20 y los 9’90 gramos, estableciéndose la media de los ejemplares conocidos en unos 9’25 gramos. El módulo va de los 21’7 a los 25’5 milímetros de diámetro. De los ocho ases con leyenda “Tergakom” estudiados por Almudena Domínguez Arranz (1979, 172) sólo en uno había correspondencia aproximada entre la orientación de las figuras de anverso y reverso, mientras que en los otros el jinete quedaría “boca abajo” con respecto al rostro imberbe de los anversos, con un ligero desvío hacia derecha o izquierda. Al menos en una pieza se aprecia que la gráfila del anverso es de puntos y la gráfila del reverso es lineal, detalle que apunta hacia una posible pluralidad de artesanos encargados de las labores de labra de los cuños.

Los tres hallazgos de piezas con leyenda “Tergakom” recogidos por esta autora se produjeron en Azaila (Teruel), en un lugar indeterminado de la provincia de Soria, y en la misma localidad de Tierga. El ejemplar de Soria basta a Martín Valls (1967, 68) para proponer la posible penetración de las monedas con leyenda “Tergakom” en el ámbito meseteño. Asensio (1996, 61) alude además a tres piezas en muy buen estado encontradas en 1915 junto a la actual población de Tierga, cuando se hacían unas obras en la carretera que une Ainzón e Illueca. Obtuvo este dato de un artículo de Montserrat (1920), autor que además hace referencia a que en 1798 un vecino de Trasobares llamado Ramón Rubio encontró 150 denarios oscenses en la zona de El Tremedal, sita en Trasobares, cerca ya del límite con Tierga. Aparecieron además en El Tremedal varios hornos de fundición de hierro, escorias, restos de armas y monedas de bronce. Aguilera (1982, 76) opina que claramente no todas las monedas de plata del tesorillo de El Tremedal habrían sido acuñadas en Bolskan, sino que habría también piezas de otros talleres. Entre estos talleres estarían las ciudades belas de Sekaisa (Mara-Belmonte) y Belikiom (Azuara), pues Burillo (1998, 162, 165, 171 y 304) incluye la zona de Tierga como un territorio de los belos, limítrofe con las posesiones de titos, lusones y sedetanos. Se apoya en las similitudes tipológicas y metrológicas de las monedas con leyenda “Tergakom” con respecto a las monedas de diversas cecas belas, así como en la utilización común de la desinencia “kom”. En este sentido es interesante subrayar el carácter fronterizo que poseería Tierga, que tal vez fue la población acuñadora más septentrional adscrita a la etnia de los belos. Los principales centros rectores de los belos serían probablemente las mismas cecas que acuñaron piezas de plata, es decir, Sekaisa y Belikiom, con respecto a las cuales Tierga mantendría cierta dependencia.

Criterios similares a los de Burillo fueron manejados por Octavio Gil Farrés (1966, 178-192) para reproducir el posible parentesco existente entre distintos centros emisores. Resultado de lo cual fue la inserción de las monedas con leyenda “Tergakom” en varios grupos: el de los tres y dos delfines, el del jinete lancero, el que acuña sólo ases y el que usa la desinencia “kom”. La combinación de todos estos grupos y de sus dispersiones geográficas cuadra bien con la propuesta de identificación de Tierga con la ceca que acuñó las piezas con leyenda “Tergakom”. En cuanto a la cronología de las emisiones, Mª Paz García-Bellido y Cruces Blázquez (2001, 366) se decantan por el tránsito del siglo II al I a.C. e inicios del siglo I a.C., quizás en relación con las alteraciones sertorianas. Éstas provocaron un incremento tanto de la amonedación como de las ocultaciones de tesorillos monetarios. En Tierga hay noticia de que un vecino de la localidad encontró una vasija llena de monedas en la zona de El Angostillo. Las referencias al hallazgo son confusas; hay quien dice que la vasija era vidriada, lo que retrasaría la cronología más probable de las monedas encontradas hasta al menos la época islámica; en cambio un vecino de Morata, aficionado al coleccionismo numismático, nos indicó que entre las piezas aparecidas había una con leyenda “Tergakom”, conservada actualmente por una mujer de Tierga. Ambas informaciones podrían ser correctas, de modo que una pieza antigua se colaría, valorada por su rareza, en un contexto de monedas de época posterior.

Además de su incalculable valor patrimonial, las monedas con leyenda “Tergakom” han adquirido por su escasez un gran precio entre los coleccionistas. Por el catálogo orientativo de precios incluido en el libro de Octavio Gil Farrés se sabe que en 1966 una moneda de “Tergakom” valía 1.000 pesetas. Nueve años después, el catálogo de precios anexado al antiguo libro de Delgado (1876) valoraba en 8.500 pesetas las piezas con leyenda “Tergakom” (mal leída “Tarra”). Actualmente es muy difícil encontrar tales monedas en mercadillos o subastas, ámbitos en los que además suele perderse la información sobre la procedencia del hallazgo, dificultándose así la adscripción definitiva de la ceca.

Bibliografía:
- Aguilera Aragón, Isidro; (1982); “Un tesorillo de denarios indígenas en Trasobares”. Acta Numismática, 12. Barcelona.
- Asensio Esteban, José Ángel; (1996); “Reducción geográfica de la antigua Tergakom (Terka – Terga – Tierga, Zaragoza)”. Caesaraugusta, 71. Zaragoza. Páginas 57-77.
- Burillo Mozota, Francisco; (1998); “Los Celtíberos. Etnias y Estados”. Barcelona.
- Delgado, Antonio; (1876); “Nuevo método de clasificación de las medallas autónomas de España”. Sevilla.
- Domínguez Arranz, Almudena; (1979); “Las cecas ibéricas del valle del Ebro”. Zaragoza.
- García-Bellido, Mª Paz; Blázquez, Cruces; (2001); “Diccionario de cecas y pueblos hispánicos”. Volumen II. Madrid.
- Gil Farrés, Octavio; (1966); “La moneda hispánica en la Edad Antigua”. Madrid.
- Martín Valls, Ricardo; (1967); “La circulación monetaria ibérica”. Valladolid.
- Montserrat, J. M.; (1920); “Reducción geográfica de la antigua Tárraga”. Boletín del Museo Provincial de Bellas Artes de Zaragoza, 4. Zaragoza. Páginas 25-30.