•Predominio del óleo sobre lienzo y de los grabados
•Fuerte simbolismo otorgado a la luz y a los colores
•Utilización de la pintura como medio para expresar lo ilimitado
•Abandono del orden racional de la perspectiva central en favor de un espacio
indefinible que acoge ideas universales
•El programa pictórico del romanticismo se basaba en el cambio en sí para
llegar hasta lo desconocido
•Gusto por la representación de los paisajes, en donde la naturaleza aparece
como escenario de fuerzas superiores
•El mar, la montaña, el bosque, el horizonte… parecen portar un
significado espiritual que se refleja en el observador, si bien pueden
expresar además el abandono y la soledad del hombre frente al universo
•Mediante la representación de la naturaleza se alude a lo que acontece en el
interior del sujeto. El estado de la naturaleza transparenta los estados
anímicos del pintor. Se describe el poder ejercido por la naturaleza sobre los
hombres mediante tormentas, tempestades, incendios, terremotos, erupciones…
•Los paisajes sirven también al pintor romántico para plasmar procesos del
devenir y desvanecerse, lo que explica la aparición de elementos del pasado
histórico: catedrales góticas, monasterios, castillos, monumentos megalíticos,
ruinas…
•En los paisajes se desenvuelven personajes peculiares, como monjes, ermitaños,
caballeros, labradores, pastores… enfatizando su conexión afectiva con el
territorio
•Paisajes inmensos o construcciones gigantescas que empequeñecen a las figuras
humanas, indefensas ante lo sublime, pero a la vez capaces de realizar
colosales proyectos
•Son comunes los paisajes vistos a través de ventanas o puertas abiertas,
mostrando así el contraste entre la amplitud del paisaje exterior y la
intimidad del espacio de una casa o del taller del pintor
•Acercamiento a la labor introspectiva del poeta, escritor o pintor presentado
en su espacio creativo cotidiano
•Formación de comunidades de pintores de vida retirada, como los nazarenos o
los prerrafaelitas
•Oposición
al academicismo teórico y a los intentos de normalizar el proceso artístico, lo
que conduce a nuevos tipos de composiciones, más difíciles de clasificar o
incluso próximas al desequilibrio
•Cada
experiencia es aprovechada por el pintor, no sólo para mejorar a nivel técnico,
sino principalmente en la búsqueda de contenidos artísticos efectistas,
traspasados por el afán de transmisión sincera de las emociones
•Frente
al artista que asume los encargos de mecenas o clientes, aparece la figura del
pintor que elige su repertorio temático más libremente, guiado por sus gustos e
intuiciones personales
•Reivindicación de lo provinciano, lo rural, lo atávico...
preservado mediante el recurso del folklore, contraponiendo éste a las modas
caprichosas y cambiantes de las grandes ciudades industriales
•Valoración enfermiza de situaciones y lugares de
carácter lóbrego, macabro y siniestro, como cárceles, antiguos lazaretos,
patíbulos, cementerios, cuevas, subterráneos... en asociación frecuente
con la nocturnidad
•Regreso insistente a los lugares cargados de
significación personal o histórica, o a aquéllos en los que la naturaleza concentra sus
manifestaciones telúricas
•Ritualización y recreacionismo en las conmemoraciones
de sucesos con hondas implicaciones personales o de otros que hayan afectado
fuertemente a la comunidad
•Tendencia temática hacia lo visionario e irracional
•Reflejo de la exaltación del sentimiento y del individualismo en la búsqueda
de lo íntimo y subjetivo
•Los detalles más nimios son recreados desde el interior del pintor bajo el
signo de una fantasía idealizante
•La conciencia de la fugacidad del tiempo deriva en la importancia desmedida que se le concede a cada instante
•Manejo de la polisemia o de la ambigüedad, dejando
abiertos los significados y las pretensiones de algunos cuadros, bastante
alejados de los convencionalismos sociales
•Escenas épicas, heroicas, bélicas, legendarias, históricas, revolucionarias,
nacionalistas… con predominio de una estética medieval
•Los valores, los principios y las fuerzas de los pueblos definidos por sí mismos se encarnan en alegorías femeninas pletóricas, presentadas arrasando los obstáculos, mirando desdeñosas los peligros, confiando dulcemente en su propia rectitud u ofreciéndose para nuevos sacrificios
•Propaganda pictórica de la lucha contra los Imperios y
su pompa áulica, posicionándose el artista a menudo del lado de las identidades
nacionales menores y sus procesos independentistas, cuya insurgencia en forma
de guerrilla juega a confundirse en ocasiones por sus métodos con el simple
bandolerismo
•Tendencia hacia un sentimiento religioso sincero y universalizado, al que se
alude vagamente mediante cruces, iglesias, cadáveres, rezos…
•Utilización de motivos cristianos, incidiendo en las pruebas vitales a las que
es sometida en momentos críticos la fe
•Lo utópico aparece en las pinturas que muestran una vida comunitaria y en la
armonía con lo contemplado
•Reelaboración de escenas mitológicas, en las que los dioses juegan con los
vulnerables humanos, empeñados en cambiar su sino
•Plasmación pictórica de las tradiciones y los cuentos populares, así como de
las sagas literarias autóctonas
•Descripción de lo onírico, especialmente de la desesperación provocada por las
pesadillas
•Visión crítica o de asombro ante los avances científicos y la
industrialización
•Comprensión del arrebato que impulsa las acciones de los
jóvenes, a los que se elogia por sus golpes de genio, su inconformismo, su
entrega descerebrada, su alterada jerarquía de valores y su ingenuo afán de
transformarlo todo, mostrando a veces la pintura la lucha de los impulsos nobles con la terca realidad
•Extraña
manera de perseguir el éxito, concediéndole valía de por sí al impulso creador,
independientemente de su aceptación contemporánea. Esa fuerza interior es pretenciosa,
al no querer amoldarse a las opiniones estilísticas formadas, sino cambiarlas.
Se trata de un ímpetu que sucumbe en la turbulencia o en la melancolía, pasando
a ser ese fracaso parte del ideario artístico romántico
•La
lozanía o la fragilidad, el desparpajo o la mesura, la resolución o la duda, el
buen color o la palidez... de la persona amada inspiran al artista romántico. El
desdén inicial con el que es recibido se vuelve reto, obsesión, en lugar de
reconducirle más sanamente hacia otra persona. El romántico piensa que con una
obra bella ganará la voluntad de la persona amada. Si su amor no es finalmente correspondido, ese amor derivará en su sufrimiento. Si su amor se realiza, lo acecharán muchos peligros
•Se adjudica a los ancianos una capacidad profética que dignifica su pobre aspecto,
recompensando la suerte o castigando la desdicha a quienes respectivamente
hubiesen obrado bien o mal con ellos. También se otorga valor profiláctico a
los animales rescatados de perecer, tema propio de algunos cuentos antiguos
•Las obras pictóricas realizadas en la vejez añaden a
veces una visión nueva e inquietante, fantasmagórica, llena de seres híbridos,
como si se estuviese en la antesala de conocerlos
•Aproximación al asunto de la muerte desde parámetros
abruptos que aceleran la llegada de la misma (batallas, catástrofes,
accidentes, duelos, suicidios, ejecuciones, envenenamientos…) La muerte en el
lecho se vuelve especialmente desconcertante en el caso de la joven novia,
prometida o esposa afectada por la tuberculosis
•Desnudos acompañados de esqueletos y desnudos públicos
•Emoción ante tierras vírgenes, islas misteriosas, viajes temerarios… Superación de las restricciones impuestas por el
espacio y el tiempo, convirtiendo lo geográfico e histórico en oportunidades
para la imaginación, el acercamiento a lo oculto, la exploración, el exotismo,
la evasión...
•Participación en el dolor físico o anímico de los personajes envueltos en
situaciones trágicas