LA FORMA DE LOS MONUMENTOS, SUS ORÍGENES Y SU FUNCIÓN
Los monumentos funerarios aparecidos en el área de Poza de la Sal son de carácter oikomorfo, es decir, tienen forma de casa. Son representaciones pequeñas en términos generales, oscilando su tamaño entre los 14 y los 60 centímetros de altura, entre los 11 y los 59 centímetros de anchura, y entre los 13 y los 90 centímetros de fondo. En muchos ejemplares se aprecia que el bloque de piedra caliza sobre el que fueron tallados era de tendencia cúbica, de modo que las tres medidas básicas de cada pieza son con frecuencia similares entre sí. Todas las casas tienen planta rectangular y tejado de doble vertiente. Sólo se conoce un ejemplar formado por la unión de dos módulos iguales (nº13). El significado de esta pieza es intrigante, pudiéndose relacionar con dos individuos que en vida estuvieron unidos por lazos familiares o afectivos muy fuertes. Los elementos decorativos, epigráficos y de acceso simbólico se concentran siempre en la parte frontal del monumento, que actúa como fachada, mientras que las otras partes son completamente lisas. Hay piezas que parecen tener su estructura o decoración incompleta, como si hubiese sido necesario utilizarlas antes de matizar los detalles. Es decir, como si el enfermo hubiese muerto antes de lo previsto, solicitando al taller que la pieza de encargo fuese entregada para la ceremonia fúnebre tal y como estuviese. En la fachada lo normal es que haya una sola puerta, aproximadamente centrada, aunque algunas piezas tienen dos o incluso tres (nº23). En los casos en que hay varias puertas, éstas suelen disponerse simétricamente, salvo en alguna rara excepción (nº73). La puerta puede abrirse en la base o ligeramente por encima de ella. Su forma varía, predominando las semicirculares, arqueadas, cuadradas y rectangulares, si bien se conoce también alguna puerta triangular (nº14). Las puertas dan acceso a una oquedad que generalmente comunica con otro hueco de similares dimensiones situado en la base del monumento. En algunos casos este hueco inferior constituye una verdadera caja, perfectamente escuadrada, mientras que en otras casas no existe o sólo está insinuado (Abásolo, Albertos y Elorza, 1976, 79).
Para Linckenheld (1927, 126ss), las estelas con forma de casa eran un producto genuinamente gálico o céltico destinado a servir como monumento funerario. Para defender el carácter céltico de este tipo de piezas, Linckenheld utilizó el argumento de la decoración astral, bastante ajena a las creencias romanas. Interpretó la puerta de los monumentos oikomorfos como la puerta del sepulcro por donde las almas de los muertos pueden salir a recorrer los espacios terrestres; tanto esta idea religiosa como la concepción de la tumba como casa serían para Linckenheld de origen céltico. Martínez Santa-Olalla (1931-1932, 233) puso en relación las “estelas-casa” con las “pedras formosas” del Noroeste peninsular. García y Bellido (1968, 39) insistió nuevamente en estas relaciones, aludiendo a una identidad de concepto y de forma entre las "pedras formosas” castreñas y las estelas oikomorfas burebanas, resaltando las similitudes de su decoración astral. Oelmann (1930, 1-39) buscó significados distintos, hasta llegar a sugerir que las estelas oikomorfas pudieran estar representando graneros. Es cierto que las casas antiguas podían asumir también esta función de almacenamiento de víveres por previsión del ciclo agrícola y estacional. Florescu (1942, 56) defendió que las “estelas-casa” descendían de otro tipo de monumento funerario: los “pilares-estela” coronados por una pirámide. Benoit (1955, 224ss) negó el carácter céltico de las estelas con forma de casa, poniéndolas en cambio en relación con fenómenos religiosos de las primitivas civilizaciones mediterráneas, como el culto al cráneo, si bien esta última práctica era también característica de la religiosidad céltica.
Los monumentos oikomorfos no son siempre algo exclusivamente funerario, sino que pueden también adquirir un significado votivo, actuando como aras. La estructura formal de las “estelas-casa” se corresponde con la manera más universal y convencional de representar una vivienda. Entre los ejercicios de dibujo que los niños realizan en el parvulario están las representaciones de casas, resultando significativo el que los modelos propuestos por los manuales o profesores sean como las estelas oikomorfas, generando así la proclividad hacia este tipo de diseño sencillo. Por tanto las “estelas-casa” no son un fenómeno cultural aislado, sino la materialización de conceptos generales presentes en muchas culturas. Abásolo, Albertos y Elorza (1976, 82) consideran que las “estelas-casa” no derivan de las “tumbas-casa”, aunque respondan a conceptos religiosos similares. Cuestionan el carácter exclusivamente céltico de las piezas burebanas en favor de la aceptación de una influencia también mediterránea. Aclaran que las decoraciones astrales de las casitas de Poza de la Sal se diferencian bastante de los típicos símbolos castreños, de modo que en el caso burgalés no hay trísqueles ni entrelazos ni cesterías.
En ámbitos centroeuropeos han aparecido “aras-casa” con representaciones plásticas de las deidades o con inscripciones alusivas a su función votiva. Los monumentos oikomorfos pueden también ser representados como atributos de las divinidades. Ello hizo pensar a Wiegels (1973, 548-549) que la puerta delantera con forma de nicho servía para depositar ofrendas, mientras que el agujero inferior permitiría encajar un puntel que asegurase la fijación al suelo de las casas, según se aprecia en un relieve de Sarrebpourg. Defendiendo el influjo de los patrones simbólicos clásicos, Abásolo, Albertos y Elorza (1976, 83) trazan una relación entre las “aras-casa” y el “templo in antis” por una parte, y entre las “estelas-casa” y la “edícola templiforme” por otra. La diferencia entre ambos grupos radica en que en el primer caso los elementos estructurales de la casa siguen siendo funcionales, mientras que en el segundo son sólo simbólicos, quedando reducidos a un simple dibujo. Las estelas de tradición romana serían por tanto la visión frontal de un “templo in antis”.
Los monumentos oikomorfos burebanos, formalmente tan parecidos entre sí, no tuvieron siempre el mismo cometido. Algunos sirvieron como verdaderas urnas cinerarias, otros fueron estelas colocadas sobre cajas que contenían cenizas, y otros pudieron servir para señalar inhumaciones. La cronología de las piezas parece muy dilatada, abarcando tanto el período de romanización como la época de plena romanidad. Las gentes autrigonas que las utilizaron estaban apegadas a costumbres funerarias muy concretas, manifestando así un conservadurismo militante. Frente a las estelas funerarias de tradición romana, caracterizadas por su evolución y cambio, las estelas oikomorfas burebanas mantuvieron sus rasgos definitorios casi inamovibles, si bien algunas probablemente tuvieron que adaptarse a la sustitución del tradicional rito funerario de la cremación. El peso de la romanización se deja sentir a través de las inscripciones latinas. Ya para el cambio de era, el modelo de casita funeraria estaba plenamente fijado y arraigado en el área de Poza de la Sal. Es un modelo influenciado por el “heroon” clásico y el “naiskos” helenístico, pero sin tantos adornos o elementos complementarios. Dentro de la necrópolis, las “estelas-casa” se disponían en calles perfectamente alineadas; había por tanto una urbanística cementerial intencionadamente planificada. Cada monumento oikomorfo ocuparía en la necrópolis un lugar preciso en función de la perspectiva que hubiese de ofrecer. Las casitas burebanas ofrecían tan sólo una perspectiva frontal, pues sólo tenían decorada la fachada. Fueron por tanto concebidas para ser contempladas únicamente de frente, a diferencia de la “edícola templiforme” de tradición romana, la cual podía ser admirada por sus cuatro lados. En la misma necrópolis romana de Poza de la Sal aparecieron junto a las casitas otras estelas más convencionales, así como aras y sarcófagos. La tradición escultórica de Poza de la Sal se forjó a lo largo de todo el período de dominio romano. Tanto las estelas oikomorfas como los sarcófagos paleocristianos realizados en los talleres de Poza de la Sal manifiestan atrevimiento y creatividad a pesar de que puedan parecernos objetos artísticos toscos.
Abásolo, Albertos y Elorza (1976, 84) admiten que las estelas con forma de casa fueron usadas en Hispania sólo por gentes de raigambre céltica, pero defienden para ellas un origen inscrito en la tradición arquitectónica y funeraria clásica. Consideran que sus motivos astrales corresponden a tradiciones simbólicas continentales, pero también difundidas en el mundo clásico. En nuestra opinión, aunque las estelas oikomorfas tuviesen un origen formal grecorromano, fueron objeto de apropiación simbólica por parte de poblaciones de raíz hispanocelta, que las usaron para expresar creencias propias relacionadas con el tránsito hacia el espacio de la muerte. Prueba de esta apropiación religiosa es tanto su presencia peninsular en territorio exclusivamente céltico como el conjunto de motivos astrales que las decoran. Los motivos decorativos burebanos y castreños no son exactamente iguales, pero sí que responden a un parentesco cultural e ideológico. El significado transicional de las estelas oikomorfas burgalesas aparece también en las “pedras formosas” galaicas, asociadas a espacios termales donde pudieron practicarse ritos de cohesión, de paso e iniciáticos relacionados con las aguas.
La insistencia decorativa de los crecientes lunares, de las hexapétalas y de otros motivos curvos o estrellados señala que las casitas del área de Poza de la Sal eran portadoras simbólicas y emblemáticas de la ideología religiosa local, mantenida incluso en época ya romana, y a pesar de la asunción de elementos de romanización, como la lengua latina. Los motivos cósmicos, aunque encerrasen un profundo significado simbólico, eran también y evidentemente ornamentales. El antifigurativismo detectado, sólo roto por algunas aves, una posible liebre y una cabeza humana, encaja con los patrones estilísticos latenienses. Esta vinculación europea de las estelas oikomorfas burebanas queda reforzada por el hecho de que monumentos funerarios similares sólo los encontramos fuera de la Península Ibérica, con la excepción de una casita de Astorga. Su valor como indicador étnico es moderado, pues por ejemplo no afectaron a la estética religiosa de todos los autrigones, sino sólo a algunos de sus clanes. La singularidad de las estelas oikomorfas de la Bureba radica en parte en la fusión de un soporte de tradición clásica con unos motivos ornamentales de tipo céltico, algo lógico en una época caracterizada por la profunda e impuesta transformación cultural.
1.- Este monumento oikomorfo, mal conservado, tiene su decoración en relieve sobre fondo plano con reborde externo. Se aprecia la existencia de un creciente lunar, de puntas casi cerradas, en el vértice de la fachada. Hay también restos de una hexapétala a la derecha del creciente. Es posible que originariamente hubiera otra hexapétala en el otro lateral de la casa, cuya puerta es cuadrada. La pieza apareció en el antiguo convento de los jesuitas de Oña, que actualmente es un hospital psiquiátrico, empotrada en una de las cercas de la finca.
2.- La casa lleva decoración en relieve por toda la fachada. Presenta reborde externo que contornea también la puerta, consistente en una oquedad con forma de arco. Una moldura horizontal divide la fachada. El frontón, prolongado hacia abajo, tiene en su centro un creciente lunar sobre soporte triangular. A sus lados se disponen unas tetrapétalas en círculo. El cuerpo inferior tiene dos series de círculos concéntricos prolongados como roleos.
3.- Su decoración se dispone en relieve sobre fondo liso. La pieza cuenta con reborde externo y moldura por todo su contorno. En la parte superior de la fachada aparece un amplio creciente lunar entre dos círculos. Las puertas consisten en dos orificios de cabecera en arco semicircular, abiertos por encima de la base. La casa tiene una pequeña oquedad en su parte posterior.
4.- Es un ejemplar más alto que ancho. Tiene decoración en relieve, muy poco marcada, sobre fondo plano. El reborde externo queda limitado por una incisión. En el vértice de la fachada hay un creciente de puntas casi cerradas sobre un soporte triangular, cuyo posible vástago divide verticalmente la fachada en dos partes. La puerta es una oquedad semicircular abierta en la base.
5.- La casa tiene decoración incisa y reborde. La pequeña moldura del contorno se señala mediante incisiones. Por debajo de su frontón liso se dibuja un reticulado de tres líneas horizontales y trece verticales. El hueco de la base es ultrasemicircular y aparece delineado por una curva incisa, tal vez delatando el diseño previo a la perforación.
6.- Esta pieza podría estar representando un edificio más monumental por el hecho de que sus dos puertas consisten en pequeños orificios. Se trata de dos arcos ultrasemicirculares abiertos en la base. La decoración va en relieve sobre fondo plano, diseñando una fachada tripartita. El frontón, que tiene moldura perimétrica y reborde exterior, lleva un creciente lunar sobre un diminuto soporte. En el cuerpo central hay una inscripción latina dentro de una cartela con asas. Las palabras en cada una de sus tres líneas quedan separadas por triangulillos, y también hay uno al final de la inscripción. Ésta es: D M - SVLPATE - M F C = D(is) M(anibus). Sul(picio) Pate(rno) m(ater) f(aciendum) c(urauit).
7.- Su decoración está en relieve sobre superficie lisa. En el vértice de la casa hay una tripétala bajo la cual aparece un creciente de puntas muy abiertas. Más abajo y de forma simétrica se disponen otras dos tripétalas, más finas. En el centro de la fachada se abre sobre la base una puerta semicircular, cuya oquedad se prolonga por la parte posterior.
8.- La pieza tiene reborde externo y una sencilla moldura por todo su contorno. En el frontón, rehundido, pudo haber un creciente lunar. En el centro de la casa se dispone la inscripción latina, que lleva líneas de guía: MILIANVSETVALERIVSAN – XXVETREV / RENAAN XX = [D(is)? M(anibus)?. E]milianus et Valerius an(orum) XXV et Reu[r?]ena an(orum) XX?.
9.- Su reborde externo está muy deteriorado. Unos rasgos en la parte superior pudieran ser de creciente. Una tosca moldura de líneas incisas sirve de marco a la inscripción. La puerta, de forma irregular, se abre en la base a la altura de la última línea. La inscripción es: D M – ATILIE – CANTA – BREQVN – ATI – F = D(is) M(anibus). Atilie Cantabrequn Ati(li) f(iliae).
10.- Por toda la superficie frontal de esta casa se dispone una abigarrada decoración en relieve. El frontón se prolonga ligeramente en la fachada. La pieza tiene alero en espiga, reborde y moldura. Dentro del frontón hay un creciente lunar de puntas cerradas sobre soporte triangular; el creciente está flanqueado por dos discos radiados de radios curvos dextrógiros. Bajo este triple motivo se sitúan elementos arquitectónicos arquitrabados que son soportados por dos pilastras dispuestas a ambos lados de una puerta cuadrada.
11.- El monumento presenta reborde externo. Su frontón y el campo de la inscripción están rehundidos, y quedan separados por una moldura horizontal. En el frontón está la decoración en relieve, compuesta por un creciente lunar flanqueado por lo que parecen un ave pasante y una liebre, si bien estas últimas figuras podrían ser también dos palomas. Hay dos puertas semicirculares, señaladas con doble moldura, y abiertas por encima de la base. En el reborde inferior aparecen dientes incisos. La inscripción, también incisa, es: D M – SEM PVSINCEANLXII – SEMMATERNOFIANXXII = D(is) M(anibus). Sem(proniae) Pusince an(norum) LXII. Sem(pronio) Materno fi(lio) an(norum) XXII.
12.- La decoración relivaria se distribuye por toda la fachada de la pieza, cuyo reborde externo está en mal estado. En la parte superior, que no queda delimitada a modo de frontón, aparece un creciente lunar de puntas algo vueltas, acompañado por dos discos de radios curvos dextrógiros. Una tenue línea separa este tema decorativo de una arquitectura formada por cinco arcos de medio punto soportados por pilastras. Esta arquitectura descansa en un sencillo listel, bajo el cual, en correspondencia con el arco central, se abre en la base una puerta cuadrada con reborde.
13.- La pieza se compone de dos módulos oikomorfos anexos de estructura similar. Sus frontones, que tienen reborde de contorno, se prolongan hasta la mitad de la fachada. En cada frontón hay un creciente lunar de puntas algo cerradas, soportado por una peana triangular y flanqueado por rosetas. Las rosetas del módulo izquierdo son desiguales, pues una tiene tres pétalos y la otra cinco. Las del módulo derecho son ambas tetrapétalas. Por debajo de los triángulos que soportan los crecientes se abren por encima de la base dos puertas con arcos semicirculares.
14.- Toda la fachada presenta borde exterior y decoración relivaria sobre fondo rehundido. El frontón triangular, ocupado por un creciente lunar y dos hexapétalas, queda enmarcado por una doble moldura, la cual también está presente en el cuerpo inferior del edificio y en la puerta triangular. Esta puerta, abierta por encima de la base, tiene en su vértice una tripétala. A cada lado de la puerta hay un pajarillo. El de la izquierda gira su cabeza hacia la puerta, mientras que el de la derecha está en actitud pasante.
15.- La decoración de esta casa, que cuenta con moldura perimétrica y reborde, se caracteriza por la sencillez compositiva. Es una decoración en relieve sobre fondo plano rehundido. En la parte superior hay un creciente lunar sobre un pequeño soporte, del que parten dos molduras verticales. A cada lado se abre por encima de la base una puerta semicircular.
16.- Este monumento funerario, dotado del típico reborde externo, carece de puerta y oquedad inferior. La parte correspondiente al frontón se halla muy destrozada; es posible que contuviese los símbolos astrales más comunes. Por debajo del frontón corre una faja decorada con dientes de lobo tallados a bisel. En el sector central de la fachada está la inscripción, que presenta líneas de guía: D M – NICEANORV – VIISLUPERCA – ETDULCITIVSFIL – SCP CAR = D(is) M(anibus). Nice an(n)oru(m) VII. S(empronia) Luperca et Dulcitius fil(ius) s(epulcrum) c(urauerunt) p(onendum).
17.- La pieza tiene fondo plano rehundido resaltado por un reborde. Una moldura con decoración dentada divide horizontalmente la fachada. El cuerpo superior presenta un creciente lunar sobre soporte triangular, disponiéndose a sus lados dos escuadras. En el cuerpo inferior está la puerta, que se abre en la base y es de arco semicircular. Está flanqueada por dos discos de radios curvos dextrógiros.
18.- Falta la parte inferior del monumento, pero aun así se aprecian los dinteles rectos de las dos puertas que debió llevar la pieza. En el frontón rehundido, que cuenta con moldura y reborde, se dispone la decoración relivaria, consistente en un creciente lunar de puntas abiertas y dos estrellas.
19.- Esta casa tiene, además de reborde externo, una fina moldura en todo el contorno, la cual separa también el frontón, ligeramente prolongado, del cuerpo inferior. El frontón está presidido por un creciente lunar de puntas abiertas y dos pequeñas hexapétalas. La puerta, abierta bastante por encima de la base, consiste en un gran orificio de arco escarzano.
20.- El tejado del monumento es de bordes ligeramente curvos. La pieza tiene decoración en relieve sobre fondo plano y reborde en el contorno. El frontón es liso. Por debajo, sobre la puerta, hay un gran creciente lunar de puntas abiertas, las cuales son tangentes a la moldura superior. La puerta es cuadrada y está abierta en la base.
21.- La pieza presenta decoración relivaria distribuida por toda la fachada, así como borde externo. En el vértice del frontón hay una hexapétala exenta sobre creciente lunar, el cual es tangente y simétrico al borde de la oquedad semicircular inferior, abierta por encima de la base. En los laterales de la fachada hay otras dos hexapétalas, pero en esta ocasión dentro de círculos.
22.- El rehundimiento y el reborde externo afectan sólo al frontón prolongado de la casa. En él hay en relieve un creciente lunar sobre soporte, con dos hexapétalas a los lados. Por debajo del frontón la decoración incisa se traduce en una cenefa reticulada de líneas oblicuas. En la base se abre una puerta rectangular.
23.- Casi toda la fachada la ocupa el frontón, rehundido y con reborde externo, excepción hecha de tres puertas cuadradas abiertas en la base del monumento. La decoración en relieve consiste en un creciente lunar de puntas abiertas y dos hexapétalas.
24.- Es una pieza muy mal conservada a la que le falta la mitad inferior y el remate del frontón. Una hexapétala incisa asoma en la parte superior izquierda de lo conservado. Otras líneas incisas contorneaban la pieza y separaban el frontón de la zona en que se halla la leyenda, de la que sólo se lee parte de un renglón: ATIMA = ati Ma[terno?].
25.- Parece una obra inacabada. Tiene líneas incisas laterales y puerta rectangular sin terminar, abierta en la base. En el vértice del edificio aparece una hexapétala en relieve sobre fondo plano en resalte, quedando así inscrita en un círculo.
26.- El frontón, prolongado, rehundido y con reborde externo, presenta en relieve un gran disco radiado de radios curvos dextrógiros, con dos pequeñas hexapétalas a los lados. La parte inferior, que está remarcada por una línea incisa, tiene una puerta cuadrada abierta en la base.
27.- En este monumento oikomorfo falta la parte central del frontón. La pieza, cuya decoración está incisa, tuvo doble moldura o reborde de líneas incisas en el contorno. En la cabecera iban dos discos radiados, si bien sólo se conserva uno. Estos dos discos flanquearían probablemente a un creciente lunar. Por debajo se desarrolla la inscripción latina, que tiene líneas de guía. La puerta arqueada se abre por encima de la base. Una línea indica que el diseño original de la puerta era semicircular, aunque luego la oquedad se practicó de otra manera. En la inscripción leemos: D M – TREDIOET / ONATVSDONA / - IANOFILIO///N//FIL – ETDONATA///NXXX = D(is) M(anibus). Tredio et [D]onatus Dona[t]iano filio... fil(ius) et Donata [a]n(norum) XXX.
28.- Fragmento de casa funeraria que conserva sólo una oquedad semicircular abierta por encima de la base y dos renglones de inscripción, con líneas de guía: XONTIOANN – ORVMXXXX = ...xontio annorum XXXX.
29.- Es un ejemplar de carácter plano, sin decoración, salvo unas líneas oblicuas incisas en el reborde externo al frontón, el cual está prolongado y rehundido. Presenta restos de color rojo en el tímpano, lo que confirma la idea de que algunas de estas casas pudieron llevar decoración pintada. La inscripción está limitada por rayas y tiene líneas de guía: D M // – INFELICIOXºR/ONV – PMARITOLAPILLV – FLORENTINVRSINO = D(is) M(anibus) [S(acrum)?]. Infelici oxor(¿) [m]onu(mentum) p(osuit) marito Iapillu(m) Florentin(a) Ursino.
30.- En esta pieza con decoración compleja, el frontón, rehundido y con reborde externo, se prolonga hasta la mitad de la fachada. Es un frontón con baquetón de contorno, salvo en la base. En su interior hay un creciente lunar de puntas algo cerradas y tangentes al baquetón. Dos grandes hexapétalas con pequeño orificio central ocupan los laterales. Bajo el reborde de separación, hay dos discos de radios dextrógiros inmersos en cordones de sogueados circulares incompletos. Ambos están trabajados en fondo liso no rehundido. La puerta arqueada se abre en la base.
31.- La casa tiene decoración incisa sobre fondo plano. El reborde exterior es una línea incisa no del todo simétrica. En la zona central se representa un creciente lunar de puntas muy cerradas que descansa sobre un soporte de amplia base. En el espacio libre interior del creciente hay un motivo vulviforme. A los lados se disponen dos tetrapétalas. Por debajo aparecen unos trazos extraños, quizás correspondientes a una arquería sin terminar o a estilizaciones vegetales. La oquedad rectangular de la puerta se abre en la base.
32.- Su decoración está en relieve sobre fondo plano rehundido. La pieza cuenta con una doble moldura perimétrica que también siluetea la puerta cuadrada. En la parte superior aparece un creciente lunar entre dos discos. En la zona media hay una arquería de tres arcos de doble trazo. El contorno exterior y de la puerta pudiera estar aludiendo también a los elementos de sustentación de la arquería.
33.- Es una pieza con decoración relivaria sobre fondo plano con reborde externo. En la parte alta, correspondiente a un frontón no delimitado, hay un creciente lunar entre dos hexapétalas. Flanquean la puerta, abierta en la base y de desarrollo curvo, otras dos hexapétalas similares a las anteriores, pero más grandes.
34.- La decoración en relieve de este ejemplar se concentra en el frontón, prolongado, rehundido, con reborde externo. Lleva un creciente lunar de puntas vueltas, el cual descansa en un soporte recto. A sus lados hay dos hexapétalas. El reborde del frontón se prolonga hacia abajo mediante líneas incisas. La puerta, abierta por encima de la base, es casi semicircular.
35.- Esta casa presenta una decoración abundante pero tosca, tanto incisa como en relieve. El reborde exterior es sencillo y está incompleto. En el frontón prolongado se representa en relieve un creciente lunar de cuyos extremos cuelgan dardos u hojas de hiedra de tallo largo. Los dardos u hojas dirigen sus puntas hacia sendas escuadras. Por debajo del frontón hay dos espirales incisas unidas a manera de roleos, tal vez reproduciendo motivos vegetales. Las dos oquedades originan puertas arqueadas abiertas en la base.
36.- La decoración incisa de esta casa podría señalar el hecho de que no esté acabada. El reborde perimetral queda indicado por una sencilla incisión. En el vértice del monumento hay un creciente lunar de puntas muy cerradas y bordes rebajados sobre un soporte triangular. Por los detalles compositivos parece que soporte y creciente son partes de una misma pieza. En los laterales hay dos hexapétalas inscritas en círculos. Los dos orificios semicirculares de las puertas se abren en la base.
37.- Este ejemplar deteriorado lleva decoración en relieve sobre fondo plano resaltado por reborde. En su parte superior asoman dos discos de radios curvos dextrógiros, quizás flanqueando a un creciente lunar. Por debajo se dibuja una arquería de cinco arcos. Debajo de los arcos pares se abren en la base las dos cavidades cuadradas de las puertas.
38.- Es una casa sin decoración y con tejado de vertientes ligeramente curvas. Dos puertas rectangulares abiertas en la base se comunican interiormente entre sí.
39.- El frontón, prolongado, rehundido y con borde externo, de este monumento oikomorfo presenta en relieve un creciente lunar con las puntas algo vueltas; a sus lados, en posición algo inferior, van dos hexapétalas inscritas en círculos. La puerta cuadrada queda abierta en la base. En los extremos inferiores dos escuadras incisas cierran las líneas de la moldura externa.
40.- La decoración relivaria se organiza en el frontón, prolongado, rehundido, enmarcado y con reborde. Los motivos consisten en un creciente lunar sobre pequeño soporte vertical rodeado por tres hexapétalas. En la base se abre una puerta de cabecera semicircular resaltada por una acanaladura.
41.- La decoración en relieve va en un frontón prolongado hasta casi la mitad de la fachada; está rehundido y resaltado por reborde. Un creciente lunar tangente a la base del frontón tiene una hexapétala encima y otra a la derecha, mientras que a la izquierda hay una pentapétala. Esta última podría deberse a que en el cincelado de la obra el escultor dañó un pétalo, lo que le obligaría a suprimirlo. Y es que el espacio para dicho pétalo está definido e incluso ligeramente señalado. Se abre en la base una puerta semicircular.
42.- El creciente lunar relivario que adorna el frontón de la pieza es muy grande y abierto. Lo flanquean dos pequeñas hexapétalas. El frontón está bien delimitado por su rehundimiento y por su reborde externo. La puerta rectangular inferior, abierta en la base, es de grandes proporciones y queda contorneada por un rebaje.
43.- Casa sencilla, con frontón prolongado, rehundido y externamente bordeado. Su decoración en relieve consiste en un creciente lunar de puntas algo vueltas, acompañado de dos hexapétalas en sus laterales. La puerta semicircular no se abre en la base, sino por encima de la misma.
44.- El frontón del monumento se prolonga ocupando un tercio de la fachada. Está rebajado y lleva reborde externo. Su decoración relivaria se compone de un creciente lunar de puntas algo vueltas y de dos hexapétalas. El creciente descansa sobre la base del frontón. En la parte baja del cuerpo central de la casa, liso y con indicios de reborde externo, se abre por encima de la base una tosca puerta aproximadamente semicircular.
45.- En esta pieza no está clara la moldura que supuestamente separa el frontón del cuerpo inferior de la casa. En la parte alta del edificio hay en relieve sobre fondo rehundido un creciente lunar de extremos prácticamente cerrados; descansa sobre una peana triangular, y cobija un motivo verticalmente alargado. Dos círculos se disponen en los flancos de la peana. En el cuerpo inferior se abre una oquedad cuadrada por encima de la base.
46.- Esta casa tiene frontón prolongado, rehundido y limitado por moldura y reborde. En el centro del frontón gravita un creciente lunar entre dos hexapétalas. El cuerpo inferior, separado del frontón por un ancho reborde, queda enmarcado por un ligero rebaje. La puerta, semicircular y moldurada, se abre en la base.
47.- La pieza tiene decoración en relieve sobre fondo plano rehundido, apreciándose una doble moldura por todo su contorno y alrededor de la puerta, consistente en un agujero semicircular abierto por encima de la base. El prolongado frontón lleva un creciente lunar de gran desarrollo horizontal, así como dos hexapétalas que le sirven de acompañamiento.
48.- Esta casa se aleja un poco de lo común por su decoración rehundida sobre fondo plano y por carecer de reborde externo. Una línea excavada compartimenta la parte frontal en dos registros. Arriba se sitúa un gran creciente lunar entre dos hexapétalas inscritas en círculos. Abajo la puerta rectangular, abierta en la base, es flanqueada por dos arcos.
49.- La decoración en relieve se dispone en el frontón, prolongado, rehundido y con reborde externo. El creciente lunar se acompaña en este caso de tres hexapétalas. La puerta consiste en un edículo semicircular abierto por encima de la base.
50.- Es una casa caracterizada por la estilización vertical. El único elemento decorativo es un grueso creciente lunar en el centro del frontón, prolongado, rehundido y con reborde exterior. En la base del monumento oikomorfo se abre una puerta semicircular.
51.- Esta pieza está tallada a partir de un bloque perfectamente cúbico, de 41 centímetros de lado. El reborde exterior parece afectar sólo al frontón, ligeramente prolongado y rehundido. En él va en relieve un creciente lunar flanqueado por dos discos. En la base de la fachada se abre una puerta cuadrada, como corresponde al diseño cúbico del conjunto.
52.- El esquema decorativo relivario de esta casa se basa en el creciente lunar dispuesto entre dos hexapétalas, todo ello dentro de un frontón prolongado, rehundido y con reborde externo. La puerta, tosca, rectangular y abierta en la base, ocupa la mayor parte del cuerpo inferior. Se ha perdido un trozo de piedra, lo que ha originado un hueco triangular desde la puerta hasta el frontón. La puerta es ligeramente más ancha en su parte superior que en la inferior.
53.- En este caso el creciente lunar, de puntas abiertas, lleva encima una hexapétala. Queda así configurada la decoración en relieve del frontón, prologado, rehundido y con doble borde externo. La puerta, abierta en la base, tiene una forma poco definida, como si fuese un rectángulo con las aristas superiores mal redondeadas.
54.- La casa tiene reborde en el contorno, pero sólo el frontón está moldurado. En el frontón, triangular y rehundido, figura un creciente lunar de puntas abiertas acompañado de dos hexapétalas. La puerta, semicircular, parece que fue diseñada para abrirse por encima de la base, pero la fractura de ésta originó unas extrañas jambas.
55.- La decoración relivaria ocupa el frontón, rehundido, con reborde externo, y prolongado hasta la mitad de la fachada. Un creciente lunar de puntas abiertas se alza sobre una pequeña base rectangular. A sus lados dos diminutas hexapétalas completan la decoración astral. La puerta arqueada se abre en la base.
56.- Casa de altísima puerta, ligeramente arqueada y abierta en la base. La decoración incisa se reduce a una hexapétala inscrita en un círculo, signo quizás de que no pasó de estar abocetada. El frontón triangular se dibuja mediante una línea fina.
57.- Este monumento pudo llevar un creciente rehundido en el centro del frontón. La casa tiene reborde en el contorno y una decoración incisa de líneas oblicuas por toda la fachada. Esta retícula incorpora dos líneas laterales verticales y otras dos horizontales bajo el frontón triangular. Pudo ser el borrador de una composición geométrica destinada a ser tallada a bisel. La puerta está ligeramente arqueada.
58.- Es una pieza mal conservada. Cuenta con frontón algo prolongado, rehundido y con reborde exterior; en su interior hay restos relivarios de un creciente lunar, apoyado en la línea de base. La pequeña puerta semicircular se abre por encima de la base.
59.- El monumento funerario presenta una decoración incisa muy tosca, de la que se conservan en el frontón restos de dos círculos de doble línea. La casa tiene reborde en el contorno y una puerta mal hecha, de tendencia rectangular, abierta por encima de la base.
60.- La mayor particularidad de esta pieza es que su pórtico es de diseño monumental, en cuanto a que la oquedad arqueada y abierta en la base está rodeada por un rebaje amplio y progresivo. El resto de la composición se ajusta a convencionalismos frecuentes, como las dos hexapétalas en relieve flanqueando al creciente lunar en un frontón prolongado, rehundido y con reborde externo.
61.- Es la mitad inferior de un monumento oikomorfo, tal vez reaprovechado como sillar. A ambos lados de la puerta, rectangular y abierta en la base, hay una decoración de rectángulos incisos. Mientras que el rectángulo de la puerta es más alto que ancho, con los de los laterales sucede lo contrario.
62.- Se trata más bien de un boceto. Presenta decoración incisa, en concreto un creciente de puntas vueltas en el frontón, y dos círculos simétricos en el cuerpo inferior. Quizás estos círculos estaban destinados a contener hexapétalas. Los agujerillos centrales del creciente y de los círculos parecen deberse al pie de apoyo del compás. El prolongado frontón tuvo originariamente reborde externo. En la base se abren los restos de dos toscas puertas.
63.- Construcción sencilla, con típico frontón prolongado, rehundido y con reborde externo. En su interior hay un creciente lunar, apoyado en la base y entre dos hexapétalas. La puerta rectangular se abre en la base.
64.- La fachada de esta casa se adorna con una flor rehundida de cinco pétalos inscrita en un círculo a modo de crismón. La flor queda flanqueada por dos esquemáticas coníferas incisas. En la base del monumento hay una puerta cuadrada sin oquedad, bien por ser sólo incisa o por haber sido cubierta posteriormente.
65.- Este ejemplar, en muy mal estado, lleva frontón prolongado, rehundido y con restos del reborde exterior. En la parte izquierda del frontón se dibuja en relieve parte de una probable hexapétala. La puerta rectangular queda abierta en la base.
66-71.- Son fragmentos de urnas oikomorfas empotradas en las paredes de la granja “La Vieja” de Poza de la Sal. Se aprecian en ellas restos de las antiguas oquedades que comunicaban las puertas arqueadas, semicirculares, cuadradas o rectangulares de los monumentos funerarios con el espacio destinado a contener las cenizas de los difuntos, si bien dichas entradas fueron luego tapadas por quienes reaprovecharon las piedras con fines constructivos.
72.- Es un ejemplar inacabado con decoración incisa tan sólo bocetada. En el frontón, dotado de reborde, aparece a media altura una línea horizontal. La fachada presenta a cada lado de la línea vertical que la compartimenta un esquema de hexapétala. Por debajo va otra línea incisa horizontal. En la base se abren dos puertas semicirculares con reborde.
73.- La casa lleva decoración en relieve sobre fondo plano rehundido, así como reborde externo y moldura de contorno, salvo en la base. El frontón, muy prolongado, incorpora un creciente lunar de puntas abiertas, apoyado en un triángulo. Sobre el creciente hay un motivo geométrico que en su parte superior dibuja el vértice del frontón y en su parte inferior tiene forma de triángulo isósceles invertido. El reborde de las paredes laterales del frontón es ligeramente curvo. Debajo del frontón hay una cenefa con cinco rombos, con dos medios rombos en los extremos y con dos triángulos convergentes en el centro. En la base se abren dos puertas semicirculares, una de ellas en el centro y la otra en la derecha del monumento.
74.- Este monumento funerario se conservaba junto a una de las casas del pueblo de Quintanaélez, si bien pudo provenir de Los Llanos (Soto de Bureba) o de El Ortiguero (Quintanilla Cabe Soto). La decoración relivaria se dispone sobre fondo plano. En el frontón hay un creciente lunar de extremos algo cerrados. Debajo figura la inscripción. En un antiguo dibujo de Fita se observan en la parte baja de la pieza dos palomas afrontadas sujetando una guirnalda, motivo que ya apenas es identificable. Parece que la casa no tuvo puerta. En la inscripción puede leerse: D M – GATILIOMATERNO – ATILIFILIOVIVATIA – AMBADAMARITO – PIENTISSIMOF = D(is) M(anibus). G(aio) Atilio Materno Atili filio Viuatia Ambada marito pientissimo f(ecit)?
75.- La pieza procede de El Ortiguero, en Quintanilla Cabe Soto. Es una gran piedra sepulcral, de forma de templete, con abertura rectangular, y con un creciente lunar esculpido en relieve en el frontón.
76.- La casa lleva decoración en relieve sobre frontón rehundido, destacado por doble moldura y reborde. En el frontón aparece un creciente lunar con una probable tetrapétala encima y dos posibles hexapétalas a los lados. La probable tetrapétala tiene una disposición cruciforme. En el cuerpo inferior, muy reducido, va una puerta semicircular abierta en la base y con reborde perimetral. La pieza venía de Salas de Bureba, pero ya muy cerca del término municipal de Poza de la Sal.
77.- Este pequeño ejemplar oikomorfo fue hallado en una parcela junto a la desaparecida ermita de Nuestra Señora de la Peña, en Soto de Bureba. Lleva decoración incisa, así como reborde en contorno. El frontón tiene un sogueado en sus dos vertientes, mientras que su base es una sencilla línea. Dentro del frontón se representa esquemáticamente el busto de la muerta entre las siglas D M. La fachada está ocupada por la inscripción latina. En la base del monumento se abre una puerta cuadrada flanqueada por dos motivos cruciformes entre cuatro puntos inscritos en círculos. La línea de unión de estos motivos cruciformes queda abruptamente cortada por la oquedad de la puerta, que quizás se practicó tras efectuar la decoración. La leyenda es: D M – PRIMVLVSETLASCIVA – FILIESVEPOSSVVE – GAEMELLINERVN – ANNORVMV = D(is) M(anibus). Primulus et Lasciua filie sue Gaemelline annorum V possuerun(t).
78.- Es una casa sencilla procedente de Soto de Bureba. La decoración en relieve, consistente en un gran creciente lunar con las puntas algo cerradas, se dispone en el frontón, donde también aparecen las siglas D M. La pieza tiene fondo plano rehundido, resaltado por reborde. Una puerta rectangular, más alta que ancha, se abre en la base. Las siglas aluden, como casi todas las casitas con inscripción, a D(is) M(anibus).
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